martes, 23 de abril de 2013

Descuida si me despedí más de lo suficiente

Fuímos ángeles en aquel tiempo,
con alas fabricadas del barro de las calles
y el corazón estrujado entre las manos .
Pronto el infiero vino al acecho
y consiguió pudrir nuestra sonrisa.
Comprendimos,
que la única arma que nos quedaba,
era no creer en vuestra enrevesada farsa.
 Ahora, nuestro interior esta lleno de tinieblas,
y no podeís matarnos,


ya estamos muertos.

Matare  con lagrimas de lluvia vuestros cuerpos,
quemaré mis recuerdos cuando este contento de olvidarlos.
Sus piñones rodarán por siempre y para siempre,
y estaré entonces contento de olvidarlos.
Tres golpes llamaran a tu puerta esta noche
y tres golpes te invitaran a abandonarla
marcherés tras la tormenta para contarte...
ahora saboreo el fin en mis labios.


Seguimos...



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