domingo, 22 de abril de 2012

Carísima

3, 2, 1, ... Ya no hay vuelta atrás. Sus garras te han atrapado par cambiar cada noche, cada momento, cada instante. 

Sin saber ni cómo ni por qué todo torna colorido en un mundo paralelo y alejado de la gran ciudad. Empiezas a sentir un leve cosquilleo que te recorre todo el cuerpo suavemente, rozándote con terciopelo y dejando en lo más profundo de tu alma una sensación placentera que no quieres que acabe. No piensas en ahogar tus penas porque, sencillamente, no existen. La felicidad ha invadido tu conciencia y te sientes en una nube de amor y empatía, pero aún no lo sabes.

Han pasado cinco horas y no recuerdas cuándo ha empezado todo. De repente, un rostro angelical al fondo que se gira hacia ti observando fijamente. Sonríe. El tiempo parece haberse parado y lo puedes controlar jugando a ser Dios. No puedes parar de pensar en ella y decides seguirla, sin pensar en las consecuencias. Tras unos minutos buscando, te encuentra primero y estáis lejos de la muchedumbre.  Quedas paralizado ante su hermosura y la música parece haber desaparecido. No sabes ni cómo se llama pero se acerca lentamente, te acaricia, y besa tus labios. Vuelve a pararse el tiempo para colapsar tu mente y sin darte cuenta, ha desaparecido.

Vuelves atónito al lugar del que procedías y actúas como si nada hubiese pasado, como si fuese una alucinación. Ahora el paisaje está nublado. Lo que antes eran colores cambia a escala de grises, hinchas tus pulmones del poco aire puro que queda y empiezas a comprender que tu genial realidad se desvanece. La desesperación te invade y vuelves para buscarla y regalarle un pedazo de tu corazón, pero la caída es tan repentina que no sabes por donde empezar.

Te preguntas cosas, al principio sin mucho sentido, pero poco a poco vuelves a este desquiciado mundo y comprendes que te acercas a la realidad que te han contado, que has aprendido desde que eras pequeño.

Sigo buscándote en mi mente cada noche, cada momento, cada instante. Por más que busco solo consigo acordarme de aquel rostro angelical y de un beso que duró para la eternidad. Cada noche el mismo pensamiento y solo deseo que vuelvas para llevarme contigo allá donde estés. Con todo mi amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario