jueves, 8 de diciembre de 2011

Efímera Juventud

No todo en esta vida son triunfos y alegrías, pero valoramos tanto el éxito que el precio a pagar es alto. Nos sumergimos en un mundo de rutinas y hechos desafortunados que no nos hacen ver lo que tenemos ante nosotros.


Por hacer caso de lo que nos dicen los telediarios los programas de televisión y las revistas de moda echamos por tierra eso que algunos llaman juventud. Mucho me ha costado llegar a una conclusión concreta ya que estaba cegado por una nube de polvo que irritaba mis ojos. Ahora comprendo que el éxito nos pertenece por derecho, a cada uno a su manera. La juventud, querida amiga, es la cima de nuestro pequeño Everest que todos llevamos dentro, en un pequeño rincón de nuestra miserable existencia.


Entonces ¿qué hacemos cada segundo que vemos pasar? Es sencillo: aprovéchalo al máximo sin plantearte un instante que dentro de diez años estarás envuelto en la rutina de un adulto ejemplar, con trabajo estable, con familia, y ninguna ilusión por delante.


Es increible la paradoja, los mejores años de nuestra vida pasan cuando somos más ignorantes, pero no por ello más inocentes. Ahora solo ansío saber si tanto sacrificio vale la pena por ver de lejos su rostro difuminado, desapareciendo entre las sombras de lo banal, ahogándose en un grito de desesperacion por no poder acariciarte, y que así para simpre la ilusión esté presente.


El pasado es historia, el futuro incierto, pero el presente prevalecerá para recordarme quien soy y por que hemos llegado a este punto. Seguimos buscando al final de un plástico evadirnos de un final apocalíptico del cual no podemos huir.


De todos modos gracias por tu tiempo pequeña, ha sido un placer desde que empezamos.

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